sábado, 25 de octubre de 2008

Así no se enseña a pensar a nuestros niños

Hace unos días un viejo colega de pupitre me envió un vídeo que ilustra muy bien la tendencia de nuestros políticos a practicar lo que podríamos llamar "antipedagogía de los matices", o si se prefiere, "pedagogía de los antimatices". En este vídeo una figura política de nuestro país muestra una capacidad extrema para simplificar la realidad y para reducirla a esquemas burdamente maniqueos. No existe el arco iris, no hay variedad de colores, tampoco hay grises. Sólo blanco y negro, malos y buenos. Y, claro, los buenos, muy buenos, son los míos; los malos, muy malos, son los otros.
Por mi dedicación a la educación, pero también por actitud intelectual y por el respeto que los adultos debemos a los niños, especialmente si nos dirigimos a ellos desde una posición de prestigio, me produce una especial desazón que el personaje político de referencia hablara a los alumnos de una escuela con un planteamiento tan grosero y tan falto de rigor.
Junto con esta reflexión voy a incluir un archivo adjunto con el vídeo de referencia. En él vais a descubrir de quien se trata. Pero quiero dejar bien claro que está muy lejos de mi intención hacer aquí una reflexión de carácter partidario. Os emplazo a que estéis un poco atentos en los próximos días y viereis en los medios de comunicación a otros personajes políticos, de cualquiera de los partidos, recurriendo a discursos con niveles de esquematización tan burdos como los que se observan en el vídeo de referencia.
Por eso no quiero que nadie interprete esta reflexión como un intento partidario de cargar contra una figura política concreta o contra su partido. Nada más lejos de mi intención. Justamente lo que pretendo es invitar a nuestros políticos -que cobran de nuestros impuestos- a respetarse mutuamente desde la discrepancia y a evitar hacer y promover interpretaciones de la realidad tan inaceptablemente burdas y esquemáticas. Sería también una forma de respetarnos a todos.
Y ahora, aquí os dejo el vídeo. Juzgad vosotros mismos. Y que nadie en particular se sienta ofendido. En cualquier momento, si alguien se tropieza con este blog y se toma la molestia de ver próximas entradas, podrá ver a personajes de otros partidos con discursos perfectamente homologables con el que nos ocupa.

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