jueves, 19 de febrero de 2009

Hasta el moño de cainismo paralizante

Estamos hoy sumergidos en una profunda crisis económica con efectos dramáticos sobre un amplio sector de la población: un 14% de parados un montón de hogares endeudados hasta las cejas y sin ingresos que les permitan hacer frente a los pagos comprometidos; un número creciente de pequeñas empresas en trance de cierre a las que los bancos niegan cicateramente unos créditos que podrían permitirles sortear los peores momentos de la crisis. Paralelamente afloran enormes estafas llevadas a cabo por personas poderosas y con enorme reconocimiento en el mundo de las finanzas. Junto a ellos otros miembros de la jet financiera responsables principales de la actual crisis se premian a sí mismos de manera generosa en medio del desastre y sin el más mínimo pudor. Y ello a pesar de haber recibido inyecciones económicas con muchos ceros por parte de los poderes públicos. Increíble pero cierto.

Y, mientras tanto, ¿en qué andan amplia y vergonzosamente ocupados nuestros medios de comunicación y, para más inri, nuestros políticos?. Pues andan ensimismados en contiendas electorales en las que la consigna parece ser, en lugar de hacer propuestas sólidas e imaginativas para hacer frente a la crisis, buscar por todos los medios la forma más artera de destruir a los rivales. Y esto justo en el momento en el que los ciudadanos de a pié esperaríamos de nuestros representes una actitud favorable a consensuar medidas tendentes a superar la crisis y a paliar los efectos perversos de la misma sobre amplios sectores de la población.

Me he referido también a los medios de comunicación porque la mayor parte de ellos están alineados políticamente de forma escasamente crítica (y no hablo de la totalidad por el compromiso de este blog con la cultura de los matices). En lugar de apostar por la aportación de ideas y sugerencias en positivo y de exigir de los partidos una acción conjunta contra la crisis, tan necesaria en este momento, se decantan de forma recurrente, y casi exclusiva, por la crítica partidaria y por el mismo cainismo con el que funcionan desgraciadamente nuestros partidos mayoritarios, enfrascados de forma preferente en la lucha por el poder y tratando de hacerlo utilizando como estrategia la destrucción del contrario.

Creo, sinceramente, que muchos ciudadanos estamos hartos de este modelo agresivo y estéril en la forma de hacer política por nuestros políticos y en la forma de hacer información por nuestros medios de comunicación. Claro que hay que pedir cuentas a los políticos corruptos o ineficaces, claro que hay que denunciar sus comportamientos delictivos, de dudosa moralidad, e incluso poco elegantes. Pero, en momentos como el actual, se echa de menos en los medios de comunicación una actitud más estimulante y creativa, que impulse a nuestros políticos a buscar líneas de actuación negociada y consensuada. Se trataría así de intentar evitar que esta crisis arrastre consigo a sectores todavía más amplios de la sociedad, abocando a la misma a una crisis social sin precedentes. Desafortunadamente no parece que estén muy dispuestos a recorrer ese camino. Andan demasiado entretenidos también en las peleas partidarias. Ah, y también en los "realitis" de todo tipo que impulsan a jóvenes y no tan jóvenes a buscar fama y dinero por caminos tortuosos.

Iba a terminar diciendo que no tengo ninguna confianza en que vayan a modificarse en una dirección mejor los comportamientos de unos y otros, pero como en los planteamientos de este "bloguero" sigue vigente la afirmación de que tiene más dudas que certezas, dejo un margen para esperar incluso lo poco probable. Espero que esta esperanza no se frustre una vez más.

Un saludo y hasta la próxima

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