jueves, 21 de mayo de 2009

Frente a sectarismos y simplificaciones


Para empezar mi reflexión recojo aquí unas viñetas de Ricardo, tomadas del diario El Mundo que son en sí mismas un editorial crítico frente a los sectarismos. En este caso se trata de sectarismos de partido con motivo de un acontecimiento de actualidad en la Comunidad Valenciana que afecta al PP.


Como puede verse, se trata de una crítica certera a la doble vara de medir que, lamentablemente, suelen aplicar nuestros partidos políticos al enjuiciar los comportamientos de los suyos y de los otros. Triste pero real.


Claro que, puestos a reflexionar sobre sectarismos y simplificaciones o, por decirlo de otro modo, de simplificaciones sectarias, quiero referirme brevemente también a la más reciente, en este caso con el PSOE como protagonista. Me estoy refiriendo a los videos publicitarios de su campaña para las elecciones europeas. Difícilmente puede uno imaginarse algo más simplificador. Me atrevería a decir, si me apuras, que me parecen un insulto a la inteligencia, incluso como diría un amigo mío, para la inteligencia del tonto medio en Suecia. Aunque seguramente casi todo el mundo los ha visto por televisión, aquí dejo el enlace de uno de ellos para que cada uno juzgue.


http://www.youtube.com/watch?v=Hz4je52ke6w


Y, ya puestos a criticar simplificaciones, no puedo evitar referirme a la que me ha despertado esta mañana escuchando una cadena de radio. Lamento no poder hacer la cita de manera rigurosamente textual (los años no pasan en vano), pero se trata muy aproximadamente de la siguiente formulación, hecha en un resumen de noticias: “La Iglesia Católica viola y maltrata a miles de niños”.


Para interpretar una formulación tan simplista se me ocurren, tres posibles explicaciones y, desde luego, ninguna de ellas dice nada bueno para el autor o autores. O se trata de una simplificación irreflexiva del redactor, en plan tópico de moda; o se trata de una prueba de la incapacidad de quien la hace para distinguir la parte del todo; o se trata simple y llanamente de zaherir a una institución que al autor le resulta antipática.


No voy a convertirme aquí en un defensor ingenuo y acrítico de una institución como la Iglesia, y especialmente de la Iglesia jerárquica. A lo largo de la historia ha habido suficientes pronunciamientos y actuaciones de muchos de sus miembros, incluidos sus más altos jerarcas, como para que resulte una tarea más que complicada. Pero, pese a todo, la afirmación de referencia, formulada de manera tan burda, me parece tremendamente injusta para una gran cantidad de católicos que, formando parte de esa iglesia, no sólo no tienen nada que ver, sino que deploran profundamente las actuaciones y comportamientos de referencia y dedican buena parte de su vida a ayudar a los más desfavorecidos, asumiendo tareas extraordinariamente incómodas. ¿Es que ellos no forman parte también de esa Iglesia Católica? ¿Acaso son también ellos culpables?.


Pero no sólo me preocupa ese carácter injusto de una afirmación tan poco matizada. Quiero llamar especialmente la atención sobre la incapacidad para la fineza lingüística o sobre el escaso rigor intelectual de quienes, en tareas de comunicación en medios de reconocido prestigio social, son capaces de hacer formulaciones tan escasamente rigurosas, por no decir tan profundamente simplistas. Una pena.


Es todo por hoy. Buenos días y hasta la próxima

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