sábado, 11 de julio de 2009

Sobre la propuesta de estabilidad del PNV


Leo en la prensa de hoy la noticia de que el PNV, a través de su presidente Iñigo Urkullu, ha presentado al PSE y al PSOE una propuesta para una legislatura con estabilidad institucional, referida en principio a las instituciones de gobierno propias del País Vasco (Gobierno, Diputaciones y Ayuntamientos), pero extensible a las instituciones de gobierno del Estado. Y todo ello con ánimo de dar una respuesta colectiva consensuada a las dificultades y retos que trae consigo la situación de crisis actual. Para tener una idea cabal del contenido fundamental de la propuesta he querido escucharla en la voz de quien la hace y aquí mismo dejo la dirección que he utilizado por si alguien lee estás reflexiones y quiere también hacerlo.

http://www.eaj-pnv.tv/iptb.php?language=es&idkatea=1

Quien haya seguido asiduamente las entradas de este blog, especialmente las que se hicieron en los aledaños de las elecciones autonómicas (antes y después de la configuración del nuevo gobierno vasco), tendrá muy clara mi posición francamente crítica con el PNV y con el propio Urkullu en esos días. Primero con motivo de su contumacia en proponer a un candidato como Ibarretxe, cuya deriva soberanista hacía inviable cualquier acercamiento conciliador entre dos mitades de la población vasca con sensibilidades muy diferentes relativas a la propia identidad y a la configuración política del país. Luego con sus desafortunadas declaraciones postelectorales, que presagiaban una actitud resentida como efecto del desalojo del poder, tras un periodo muy prolongado en el mismo. Recuerdo que en alguna de aquellas entradas consideraba con simpatía la posibilidad de que pudiera intentarse un gobierno de coalición improbable entre los tres partidos mayoritarios. Y ello en aras tanto de configurar un gobierno fuerte que fuera capaz de responder a los retos de la crisis económica, como de facilitar acuerdos entre partidos para llevar a la práctica una acción política trasversal, capaz de conciliar posturas y actitudes de tan diferentes sensibilidades, convirtiendo en mucho más llevadera y amable la convivencia en la discrepancia.

Siendo así, supongo que a nadie extrañará que me suene bien una propuesta en la que, por fortuna, y de forma excepcional, no se pone el acento en resaltar y acentuar las diferencias, sino en buscar puntos de encuentro para abordar los problemas importantes que afectan a la ciudadanía. Me suena bien que se hable de llegar a acuerdos sobre garantía para los servicios sociales, sobre a apoyo a empresas, sobre inversión pública como elemento tractor, sobre fiscalidad y sobre empleo; y todo ellos desde un compromiso de lealtad entre los firmantes de posibles acuerdos. Para ser sincero me asombra que, dadas las circunstancias actuales, no haya habido aún iniciativas sólidas, semejantes a ésta, presentadas por los partidos de gobierno, tanto del estado como de las autonomías; propuestas hechas con sinceridad, sin demagogia y con ánimo de llegar a acuerdos sólidos, sin contaminación de planteamientos raquíticos de carácter electoralista, pensando tan sólo en el beneficio de los ciudadanos, especialmente aquellos a los que la crisis actual está situando en los bordes, cuando no en los vertederos del sistema.

Me gusta esta propuesta, por lo mismo que me gustan todas las propuestas constructivas, todas las que invitan a la reflexión y el diálogo como instrumento para abordar los problemas. Y sin embargo, me temo que empezarán a ponérsele peros y obstáculos que le impidan progresar. Ya empiezan a aparecer: Que si es una propuesta que busca evitar la pérdida de la Diputación de Álava; que de lo que trata el PNV es de mantener la imagen de ser un partido de gobierno; que, si piensan así, por qué no hicieron la propuesta cuando estaban en el gobierno en vez de insistir tanto en la consulta (principal elemento de discordia), etc., etc. Y no voy a ser tan ingenuo como para pensar que no pueda haber algo de eso. Pero por qué no pensar que, desaparecido de la escena política el principal impulsor y catalizador de la obsesión soberanista de un sector del nacionalismo -léase Ibarretxe- salen a relucir en el PNV las posiciones más inteligentes y conciliadoras que, sin renunciar a sus planteamientos nacionalistas, entienden que, en el corto plazo, la situación de crisis actual exige consensos amplios para hacerla frente, y que, en el largo plazo, la sociedad vasca no puede vivir permanentemente tensionada por el radicalismo y exige de sus políticos, sean o no nacionalistas, una visión y una acción política de carácter trasversal que facilite una convivencia creadora.

Como conozco el percal, sé que algunos pensarán que soy un ingenuo. Tal vez. Pero para una vez que aparece una propuesta constructiva y conciliadora, que apela a la lealtad entre partidos, creo que nadie debería menospreciarla. Es preciso dar una oportunidad a la esperanza.

Nada más por hoy. Buenos días y hasta la próxima.

1 comentario:

Mª Elena dijo...

Efectivamente, no me extraña en absoluto que te suene bien la propuesta que el PNV, en boca de Urkullu, hace al PSE. Propuesta que sí parece conciliadora e interesada por los problemas de este país(Euskadi)Interesados en SOLUCIONAR Y NO EN PONER ZANCADILLAS.
No eres para mí un ingenuo (tampoco eso sería malo). Seguro que soy yo la desconfiada; pero es que no me fio. No confio en quien primero te agrede,con palabras y gestos, y despues te ofrece la luna. (Ahora soy yo la ingenua, por creer que esto no es el pan nuestro de cada día).
Tú dices que es una propuesta constructiva. Sí lo parece, pero yo vuelvo a mi tozudez: No me fio.
Esta oferta de colaboración tenía que haber sido desde el principio, para que el PSE no hubiese tenido que unirse al PP, cosa que personalmente, siempre me ha preocupado. Pero no, estuvieron insultando sin ningún pudor al partido con el que hoy quieren colaborar.
Y otra cosa para terminar. Este "chico" Iñigo Urkullu, me parece una marioneta en manos de su partido: Hoy tienes que decir esto y lo dices, mañana ya se verá... Ya sé, ya sé que no es el único, que en política tiene esta forma de actuar.
Concluyo diciendo que me gusta la propuesta, pues como tú "quiero darle una oportunidad a la esperanza" Pero sintiendolo mucho, no me ofrece ninguna garantía.
Ojala me equivoque, por el bien de todos.
Marilen