miércoles, 24 de marzo de 2010

Mayor Oreja ¿Resbalón lingüístico o juicio de intenciones?

Afirma Mayor Oreja de forma solemne e impostada-como él suele hacerlo- que Zapatero y ETA “no son adversarios sino aliados potenciales” porque el primero busca “debilitar” a España y la segunda “destruirla”. La afirmación de que son aliados potenciales la argumenta asegurando que en este momento de debilidad a ETA y sus adláteres les interesa reiniciar una negociación con el gobierno que les permita un respiro y les garantice la posibilidad de participar en las próximas citas electorales, obtener representación en las instituciones, asegurarse con ello una fuente de ingresos y obtener alguna ventaja política como resultado de la negociación. Y, por lo que se refiere a Zapatero, el deterioro progresivo de su imagen y de las expectativas electorales del PSOE que reflejan las encuestas, le haría proclive a buscar un golpe de efecto haciendo un nuevo intento de recuperar imagen, ganar las siguientes elecciones y pasar a la historia asociando su nombre al final del terrorismo en España.

Aun aceptando que pudiera darse esta coincidencia de intereses de orden táctico, que llevara a un nuevo intento de negociación con ETA, del que Mayor Oreja afirma tener indicios y no pruebas, resultaría excesivo atribuir a ambos la condición de “potenciales aliados”. Un aliado es aquel que se asocia con otro para perseguir un objetivo común acordando para ello una estrategia de actuación. No es un enemigo, sino un socio con el que se trabaja en un proyecto compartido. Y en este sentido, por más que se esfuerce Mayor Oreja en afirmarlo con toda solemnidad, ni siquiera quienes tenemos serias dudas sobre las cualidades y la capacidad de Zapatero como gobernante podemos estar de acuerdo con una afirmación tan fuera de lugar y tan falta de matices. Seguramente se puede decir del presidente que no duda en mentir o enmascarar la verdad cuando le conviene, que utiliza como pocos la demagogia, que a menudo esconde la cabeza debajo del ala ante los problemas y que es incapaz de tomar decisiones que, siendo necesarias e incluso urgentes, puedan deteriorar la imagen redentora que se ha creado de si mismo y que ha terminado por creerse. De ahí a afirmar que es un potencial aliado de ETA porque ha intentado negociar con ella buscando el fin de la violencia terrorista o porque pueda volver a intentarlo en el futuro, media un abismo. Con el mismo argumento se podría haber afirmado lo mismo de Felipe González y de Aznar cuando lo intentaron en su día sin que nadie tuviera la ocurrencia de considerarlos aliados de ETA. Particularmente no tengo la menor duda de que cada uno en su momento lo intentó con la mejor intención y considerando a ETA no como un potencial aliado, sino como un enemigo al que se pretende neutralizar o convencer de su estrategia equivocada.

Claro que lo que me resulta más difícil de digerir del discurso de Mayor Oreja es el juicio de intenciones que hace cuando afirma que Zapatero “busca debilitar a España”. Tal vez podría discutirse si la actuación política del presidente y sus gobiernos a lo largo de los últimos años ha producido un debilitamiento objetivo del país -y en algunos aspectos parece que sí- pero de ahí a atribuir a Zapatero la voluntad de buscar el debilitamiento media un abismo. Una cosa son los resultados de una gestión, que puede ser buena o equivocada en orden a conseguir unos objetivos deseables, y otra muy diferente que se juzguen las intenciones por los resultados. Es como sí, a la vista del resultado de la eliminatoria de octavos de la Champions pretendieramos atribuir al Real Madrid la condición de aliado del Olympic de Lyon porque con su actitud sobre el campo y con el empleo de una estrategia equivocada, colaboró con él en su eliminación. Está claro que los resultados no siempre coinciden con las intenciones por mucho empeño que se ponga en ellas. Y yo no tengo duda de que las intenciones de nuestros presidentes eran buenas cuando intentaron terminar con el terrorismo mediante el diálogo, incluso si, como ocurrió en la práctica, los resultados no fueron los buscados. Por eso, a pesar de todas mis reservas sobre la actitud y la capacidad de Zapatero para liderar este país en una situación como la actual, no creo que sea de recibo la ligereza con la que Mayor se permite su juicio de intenciones. Porque parece que de eso se trata, y no de un resbalón lingüístico, a la vista de posteriores declaraciones.

Buenos días y hasta la próxima




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