lunes, 8 de febrero de 2010

A vueltas con las pensiones

He aquí una noticia sobre pensiones difundida recientísimamente por Europa Press:

El consejo de administración de BBVA ha decidido congelar tanto las aportaciones al plan de pensiones como el salario de presidente, Francisco González, que percibió un salario total de 5,32 millones de euros (un 0,5 menos que el año anterior).

No habrá más aportaciones a la pensión de González, que se queda en 79 millones de euros, según consta en la información remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) con motivo de la convocatoria de la junta general de accionistas del 12 de marzo.

La decisión se produce después de la polémica generada por la salida del banco de José Ignacio Goirigolzarri, ex consejero delegado, que dejó el cargo en septiembre y que se embolsó 50 millones de euros de pensión.

En el caso del actual presidente, tras la aportación de siete millones de euros en 2009 (inferior en un 30% a la de 2008) el banco ya no hará más aportaciones, dado que el 19 de octubre del pasado año González ya cumplió 65 años, "motivo por el cual el grupo no considera lógico seguir realizando dotaciones a su plan de pensiones una vez superada su edad legal de jubilación". El dinero lo recibirá cuando deje el cargo.

Y digo yo: Pobre Francisco González. ¿Cómo tiene el BBVA la falta de sensibilidad con su presidente para reducirle su salario de este año en un 0,5 por cien? ¿Cómo se puede cometer semejante agresión a los ingresos de este prohombre haciendo que su salario anual se vea reducido en 0,0266 millones de euros o, lo que es lo mismo, 4.426 pesetas?. Esta tremenda desconsideración va a suponer para él que tendrá que conformarse con cobrar al año tan sólo 885 millones de las antiguas pesetas. ¡Pobrecito!. Pero eso no es todo, aparte de eso este pobre hombre, que ha cumplido ya los 65 años, aunque seguirá trabajando, se encuentra con la desagradable sorpresa de que el banco ha aportado a su plan de pensiones solamente 79 millones de euros. ¡Qué tremenda injusticia!.

Hablando en serio. Estando como estamos atravesando una crisis económica generada en gran parte por las malas prácticas del sistema financiero, de las que son responsables estos grandes prebostes de la banca, ¿no es ya excesivo que se hayan beneficiado personalmente en el pasado de todo tipo de compensaciones en forma de primas y bonos, de difícil justificación a la vista de los resultados?. ¿No es suficiente premio para ellos el que, pese a esas malas prácticas cuyos efectos estamos padeciendo todos, no hayan tenido que pasar por los tribunales y devolver el dinero que de manera tan inmerecida y espúrea se han llevado? ¿Tenemos que seguir soportando los ciudadanos de a pié que, después de que los poderes públicos han tenido que salir al rescate de la banca utilizando el dinero de todos, estos banqueros, que siguen restringiendo el crédito a la economía productiva y obstaculizando con ello la salida de la crisis, sigan manteniendo estos desmedidos privilegios? ¿Tendremos además que seguir aguantándolo en un momento en que se discute la viabilidad a medio plazo de un sistema de pensiones que apenas garantiza la supervivencia de algunas familias?.

Claro que, en el terreno de las pensiones, no son los banqueros los únicos privilegiados en relación con los trabajadores, digamos, normales. Resulta que también nuestros políticos, esos mismos que, a la vista de las dudas sobre el futuro del sistema, proponen medidas de choque para que no se venga abajo (retraso de la jubilación y ampliación del número de años trabajados para calcular la cuota) se han creado ellos, por consenso -ese que no son capaces de alcanzar para cosas importantes para los ciudadanos- su propio “corralito” (pocos años de trabajo para garantizarse la pensión máxima). Menos mal que, entre ellos, de vez en cuando emerge alguno que pone en cuestión ese “corralito” y llama la atención sobre lo impresentable que resulta mantener la situación de privilegio, mientras se está pensando en apretar el cinturón de los demás. Un aplauso, pues, para la sensibilidad y el sentido común del que ha hecho gala Rosa Díez presentando en el Congreso una proposición para revisar el privilegiado sistema de pensiones de los parlamentarios, una medida que considera ineludible en pleno debate sobre la jubilación de todos los españoles. Eso es coherencia. Y seguramente planteamientos de este tipo son, entre otras cosas, los que hacen hoy de Rosa Díez la política que aparece como más valorada en todas las encuestas.

Que cunda el ejemplo. Un saludo y hasta la próxima.



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